En esta guía completa te enseño a preparar fettuccine con ragú blanco de carne al estilo italiano. Partimos de un sofrito clásico (cebolla, apio, zanahoria y pimiento dulce), sellamos carne molida de res y salchicha para desarrollar sabor, y montamos un ragú sin tomate —el tradicional ragú bianco— que abraza la pasta con una untuosidad elegante. El resultado son fettuccine con ragú blanco de carne profundos, aromáticos y listos para enamorar a cualquiera.
Introducción personal/cultural: el “ragú bianco”, un secreto de familia
En casa, cuando no queríamos la nota ácida del tomate, mi abuela decía: “Hoy toca bianco”. El ragú bianco italiano es una joya menos conocida fuera de Italia y, sin embargo, perfecta para quienes aman la sutileza: sabor de carne, mantequilla, aceite de oliva y un sofrito trabajado con paciencia. Es otra cara del ragú, más cremosa y perfumada, que hace que los fettuccine con ragú blanco de carne te envuelvan desde el primer bocado.
Si has cocinado boloñesa tradicional, descubrirás en estos fettuccine la misma lógica de técnica y respeto por el tiempo, solo que sin tomate: aquí mandan el dorado, la reducción y el equilibrio entre grasa y humedad.
Explicación técnica: por qué funciona el ragú bianco
Para lograr fettuccine con ragú blanco de carne perfectos, la técnica es todo:
- Doble grasa controlada (mantequilla + aceite de oliva): la mantequilla aporta redondez láctea; el aceite sube el punto de humo. Combinadas, permiten sofreír sin quemar y dar brillo a los fettuccine.
- Sofrito lento: cebolla, apio, zanahoria y chile dulce (pimiento dulce) sudados a fuego medio-bajo concentran dulzor natural y construyen la base del ragú bianco italiano.
- Reacción de Maillard: sellar carne molida de res y salchicha por separado multiplica los compuestos aromáticos. Es el alma de los fettuccine.
- Humedad justa: sin tomate, la jugosidad la da la reducción natural de jugos y, si hace falta, un toque de agua caliente (o de caldo neutro). El ragú bianco italiano debe napar la pasta, no inundarla.
- Pimienta negra fresca: especia protagonista; al no haber tomate, luce su aroma.
- Emulsión final con la pasta: terminar los fettuccine con ragú blanco de carne en la sartén, con un poco de agua de cocción, crea la salsa sedosa que buscamos.
Ingredientes (4 porciones)
Para el ragú bianco
- 2 cdas de aceite de oliva
- 30 g de mantequilla
- 1 cebolla mediana, finamente picada
- 1 zanahoria pequeña, finamente picada
- 1 tallo de apio, finamente picado
- ½ chile dulce (pimiento dulce), en brunoise
- 400–450 g de carne molida de res
- 200–250 g de salchicha (tipo italiana), sin piel y desmenuzada
- Sal y pimienta negra recién molida
- Agua caliente (o un chorrito de caldo neutro), solo si hace falta para ajustar jugos
Para la pasta
- 380–400 g de fettuccine
- Sal (para el agua de cocción: 10–12 g por litro)
Opcionales (manteniendo el espíritu italiano, si quieres un perfil más perfumado): una ramita de romero o salvia, y un chorrito de vino blanco para desglasar tras el sellado (deja evaporar el alcohol). Los fettuccine quedan sublimes con esos toques.

Método paso a paso
1) Sofrito con paciencia (10–12 min)
Calienta aceite y mantequilla a fuego medio. Añade cebolla, zanahoria, apio y chile dulce con una pizca de sal. Cocina lento, sin colorear en exceso, hasta que estén tiernos y fragantes. Esta base dará dulzor natural a los fettuccine con ragú blanco de carne.
2) Sellar carnes por separado (8–10 min)
En una sartén aparte (o retirando el sofrito momentáneamente), sube el fuego y dora la carne molida de res en tandas, sin mover demasiado al principio para que se forme costra. Salpimenta. Reserva. Repite con la salchicha desmenuzada. Este doble sellado es lo que hace que los fettuccine tengan profundidad.
3) Unir y concentrar (12–15 min)
Regresa carnes al recipiente del sofrito. Si usas vino blanco, este es el momento: vierte un chorrito, raspa el fondo y deja evaporar. Ajusta de sal y pimienta. Cocina a fuego medio-bajo 12–15 minutos; si ves seco, añade apenas agua caliente para mantener jugosidad. Debe quedar un ragú bianco italiano húmedo, denso y brillante.
4) Cocer la pasta al dente (8–10 min)
Hierve abundante agua bien salada (10–12 g de sal por litro). Cuece los fettuccine hasta “al dente”. Recuerda: el alma de los fettuccine con ragú blanco de carne está en el equilibrio pasta-salsa.
5) Saltear y emulsionar (1–2 min)
Pasa los fettuccine escurridos (reserva una taza de agua de cocción) a la sartén con el ragú bianco. Añade 2–3 cucharadas del agua y saltea 60–90 segundos hasta emulsionar: los fettuccine con ragú blanco de carne deben quedar napados, no flotando. Pimienta negra al final.
Desarrollo: errores comunes (y cómo evitarlos)
- Sofrito apresurado → Sabor crudo y dulce desequilibrado. Tómate 10–12 minutos: quien manda en los fettuccine es la base bien trabajada.
- Carne “hervida” → Si no sellas en tandas, suelta agua, hierve y apaga aromas. Sin Maillard no hay fettuccine con ragú blanco de carne memorables.
- Ragú aguado → Añade líquido solo si hace falta y deja que reduzca. El ragú bianco italiano debe napar, no chorrear.
- Pasta pasada → Calcula tiempos y trasvasa a la sartén 1 minuto antes del punto exacto. Los fettuccine con ragú blanco de carne se terminan en la salsa.
- Falta de pimienta → Aquí la pimienta negra fresca es protagonista; sin tomate, su perfume sostiene a los fettuccine con ragú blanco de carne.
Variantes fieles (sin traicionar la tradición)
- Ragú bianco toscano: perfuma con romero y desglasa con vino blanco. Ideal para fettuccine más herbales.
- Con leche: una cucharada al final suaviza aristas (uso clásico en algunos ragú). Úsala con moderación para mantener la esencia de los fettuccine con ragú blanco de carne.
- Solo res: si no tienes salchicha, sube 100–150 g de res y compensa con un poco más de mantequilla.
- Con setas: saltea champiñones en otra sartén y mezcla al final; aportan umami sin “pintar” de tomate los fettuccine con ragú blanco de carne.
Nota de la Chef
Cuando enseño fettuccine, marco dos momentos: el sellado y la emulsión. Si dorras como es debido, el perfume de la cocina cambia; si emulsionas con agua de cocción, aparece la seda en la salsa. No hay trucos: solo orden, fuego y paciencia. Ese es el verdadero lujo del ragú bianco italiano.

Curiosidad italiana: el “ragú sin tomate”
En Italia, ragú no significa automáticamente tomate. En Toscana o Emilia-Romaña, el ragú bianco acompaña pastas largas —como estos fettuccine con ragú blanco de carne— o rellenos de lasaña blanca. La diferencia cultural es interesante: en el sur se asocia más a sugos rojos lentos; en el centro-norte, el blanco convive con igual dignidad. Por eso, cuando alguien prueba fettuccine por primera vez, suele sorprenderse: “¡Tiene sabor a hogar… pero distinto!” Ese “distinto” es la ausencia de tomate y la presencia de pimienta, lácteos y reducción bien llevada.
Guía de planificación (mise en place)
- Tiempo total: 40–50 minutos
- Dificultad: Media (técnica sencilla con atención al sellado y la emulsión)
- Rinde: 4 porciones abundantes de fettuccine
Consejos profesionales
- Seca la carne antes de dorar: los fettuccine con ragú blanco de carne te lo agradecerán.
- Usa sartén amplia: más superficie = mejor Maillard.
- Guarda ½ taza de agua de cocción: es tu “seguro” para una emulsión sedosa en los fettuccine.
- Ajusta sal después de reducir: el ragú bianco italiano concentra sabores.
Preguntas frecuentes (FAQ)
1) ¿Puedo hacer el ragú con pollo o pavo?
Sí. Mantén la técnica y controla el punto de cocción. También obtendrás fettuccine con ragú blanco de carne (de ave) delicados y aromáticos.
2) ¿Hace falta vino blanco?
No, pero ayuda a desglasar y perfumar. Si lo usas, deja evaporar. Tus fettuccine quedarán aún más elegantes.
3) ¿Qué salchicha es mejor?
Tipo italiana con hinojo o natural. Retira la piel. Perfuma sin dominar a los fettuccine con ragú blanco de carne.
4) ¿Se puede preparar con antelación?
Sí: el ragú bianco italiano gana cuerpo con reposo. Calienta con un chorrito de agua de cocción cuando mezcles con los fettuccine.
5) ¿Parmesano sí o no?
Un toque al servir está permitido (y delicioso). Espolvorea con moderación para no tapar el perfil de los fettuccine con ragú blanco de carne.
6) ¿Puedo omitir el chile dulce?
Sí; es un pimiento dulce que aporta perfume y dulzor. Sin él, tus fettuccine con ragú blanco de carne seguirán siendo auténticos si respetas sofrito y técnica.
7) ¿Queda bien con pasta corta?
Sí: rigatoni o penne. Pero los fettuccine con ragú blanco de carne resaltan mejor con pasta larga por la napadura del ragú.
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Conclusión: precisión, paciencia y sabor limpio
Los fettuccine con ragú blanco de carne demuestran que no hace falta tomate para un plato de pasta inolvidable. Con un sofrito paciente, carnes bien doradas y una emulsión correcta, obtienes fettuccine con ragú blanco de carne sedosos, fragantes y profundamente italianos. Llévalos a tu mesa y verás por qué el ragú bianco italiano es un clásico que merece más fama.
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